“Dios padre todopoderoso, santísima trinidad.
Nuestro padre, hijo y espíritu santo, nuestro fin y nuestro comienzo,
ante ti hoy poso y rindo homenaje a tu ser:
¡Adorado y bendecido seas santísima trinidad!;
a ti, que hoy te alabo y te deseo el mejor de los honores,
la más grande gloria y adoración en la eternidad y hasta el fin de los días,
tengo fe en ti y confío de manera ciega y con corazón, soy tu fiel siervo,
yo … suplico ante ti con la mayor de la fe posible
para que me liberes de toda maldad, todo obstáculo y amenaza,
que en momentos de necesidad, te lo imploro,
me brindes tu ayuda.
Padre celestial, el buen pastor y siervo Jesucristo, santo espíritu,
el día de hoy se los ruego,
por influencia e intervención de la Santísima madre,
la Virgen María, me otorguen su ayuda,
me guíen en el buen sendero y me protejan de todas
las dificultades, preocupaciones y problemas de mi vida.
Alabado y glorificado seas siempre Dios,
tú, nuestro Padre, nuestra fuente infinita de bondad, amor y sabiduría divina,
que a ti debemos la vida, y de ti nos procede el amor,
dame la dicha de siempre obrar en el bien y con cuidado,
para así tener la virtud de los bienes y compasiones que tú me envías;
siempre ten que en cuenta que soy tu hijo,
ten piedad de mis problemas, de mis necesidades y está siempre presente
conmigo, ante esta difícil situación: (pedir con fe lo que quieres obtener).
Gracias padre, porque tú eres bondadoso y misericordioso, siempre estás ahí para mí.
Gloria a ti Señor, hijo del padre divino
en donde mi alma descansa y se refugia, tú sagrado corazón,
dame la dicha de aprender a seguir fielmente los pasos y las virtudes de tu vida,
dame el ímpetu y la perseverancia para cumplir cada una de tus enseñanzas
y permíteme con más constancia ser caritativo, para obtener riquezas eternas,
no me olvides en cada una de mis guerras diarias,
libérame de las tentaciones que el enemigo me envía,
apártame y cuídame de todo obstáculo que a mi vida atemorice
y bríndame tu divina cooperación en esta circunstancia:
(repite la encomienda con más fe y esperanza).
Gracias mi buen pastor Jesús por siempre luchar a mi lado
en los momentos de angustia y necesidad.”